Nos escribe,
con la fuerza y el impulso de la insatisfacción, una mujer que siente lo que
viene, sin asustarse, con la tranquilidad de asumir en cada episodio un
aprendizaje que propone a las demás, como una alternativa para la
rebelión. Gracias, Loba pensativa y
humana…
Cuando el universo conspira todo se torna confuso, estrecho,
impenetrable e inusual. Nos sentimos
apabullados, nos dejamos llevar por sentimientos y emociones; traicionamos
nuestro carácter porque nos mostramos débiles ante las situaciones que desata.
Un respiro profundo desata la calma en nuestro interior, nos
aclara el espectro y esa realidad que en segundos se dejó ganar por un
torbellino de sensaciones viscerales y transitorias…somos humanos y más allá de
la carne, los huesos, y demás órganos que nos componen, está esa parte que
alberga la esencia, lo que somos, lo que no podemos negar ni esconder...
Cuando el universo conspira sale a flote esa indescifrable
forma de pensar, actuar y hablar que nos marca y nos hace diferentes. Cuánto
damos y cuánto esperamos recibir, qué
hacemos en nuestro diario vivir para declarar con certeza, en muchos casos lo
que merecemos.
Nos creemos invencibles, impenetrables y a veces hasta
justos. Pero cuando el telón cae y deja al descubierto lo débiles que somos,
los miedos y vacíos…sería tan fácil descargar con expresiones más constructivas
que destructivas. Actuamos para ir un
paso adelante, pero delante de qué?
De lo malo o de lo bueno, y para el reconocimiento de
quién?...cuando el universo conspira debería salir a flote nuestra humanidad,
esa que nos hace sentir compasión por el otro, respirar profundo y entender que
la pobreza en las relaciones es más mental que sentimental o hasta carnal, esa que se ve reflejada solo en el amor
maternal, donde prima el despojo de mi yo como prioridad para brindarle al otro
algo más sublime…
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