miércoles, 28 de mayo de 2014

Soy humana, Bruno...




Deja de preguntarme si yo soy o no humana.  Tu me elegiste en una noche de lluvia con olor a aceite.  No intervine en la decisión, quizá porque sé que no soy una mujer como las que estabas acostumbrado a ver.  

Deja de hurgarte las patas y enterrarte los filos de los dientes, en el afán desmedido de conectar los pesares que ambos compartimos.  Ya sabes que me sacan de mí misma los ruidos nocturnos con sonoridad salival.

Aprende, Bruno, que no tenemos otros nombres.  La Adriana que te encontraste es la misma que ha aprendido a escuchar su soledad.  A lo mejor, por eso, te decidiste por ella y no por un cuerpo de perfecciones; tu ama reconoce debilidades físicas, pero se apuntala en las propuestas cerebrales.

No me pidas permiso para pertenecer a este territorio.  ¿Podría interesarte acostarte algunas noches con la tele prendida hablando de la cumbre de presidentes; la incomodidad del ruido permeado por el tufo tardío de los sábados; o percibir el sabor a nicotina pegado a los dientes de quien no sabe fumar?.

Estás mejor del otro lado, como perro.  Cuando me elegiste sabías que conmigo no padecerías los efectos del abandono.  Ya me he quedado varias veces con el sinsabor de no conocer las respuestas.  Y para qué conocerlas, Bruno. Cuando te enteras de los verdaderos motivos del adiós, igual estás condenado por el silencio del tiempo.

¿Para qué me preguntas las horas? Tus nociones son homogéneas y tus días dependen, más bien, de mi temperatura.

Gracias a mis dioses vislumbro una gratitud en cada pierna, con el frio que se sube entre los dedos, luego del ya retador ejercicio de darle un efecto de retraso a la alarma programada desde el día anterior para iniciar con las responsabilidades cotidianas.


No te sientas mal con ser un Schnauzer, esa raza de perros con bigote.  Yo no sé si eres miniatura, estándar o gigante.  Es suficiente con que sepas que tu actividad e inteligencia son las aptitudes que te convierten en mi ángel de la guarda.

Mi raza, por el contrario, cambia de color según la velocidad de la enfermera del veterinario para usar la máquina que te voltea el color del pelo de negro a gris.  Nosotras cambiamos de piel cada 28 días, sin remedio aparente, sin medicación o esencias florales que curen la insatisfacción, sin explicaciones de expertos que justifiquen las manías de pensar en el después.

Tu puedes quedarte en cama sin predecir los olores de las sábanas; sin pensar en la energía derramada por los pactos para no extender la fertilidad; puedes extender el pelo sin que tus plagas caigan sobre los demás, jugando nada más a que la gravedad te mantenga firme la pretensión de estar de pie.

Ya me has dicho que quieres tener conciencia, y yo te repito que es un acto salvaje el volver sobre el sinsentido de la renuncia.  No tienes que entender que eres un ser inferior.  Si tuvieras conciencia sabrías que tu valía se nota en el paso a paso de tus seguridades, sostenidas en las almohadillas de tus patas.

¿Por qué lloras cuando desaparezco momentáneamente? Lo que sucede con más pureza entre los dos es que me miras con la profundidad del misterio y la complicidad de la maternidad, a pesar de que no eres Bruna.

Esa debería ser mi principal ganancia.  Tu eres uno más de ellos, porque es improbable no actuar bajo la ética del cuidado.

Ondeas tu cola desequilibrada sin importar mi opacidad; expresas tu necesidad pese a que separamos nuestros códigos y canales de comunicación, y te dispones para el impacto del hoy para refutar en silencio los tiempos que te impongo, sin compasión.

La perfección, mi adorable perro adaptado, adoptado y asumido como propio, nadie puede resumirla para tus voluntades.

¿Qué quieres probarme? ¿Que entiendes cómo la responsabilidad duele en los músculos; o el poder de las conexiones femeninas; o el llanto sin mesura de tu extensión corpórea; o la falta de palabras con las que se creó el reino masculino?

¿Para qué estás interesado en moldear tus orillas a punta de caprichos fugaces? Vives sin ahogos, sin preguntas, sin miedos, sin dolores.  Deberías poder comerte esta sensatez.

 ¿Te afana algo más que la incondicionalidad de tu elección?

Que yo soy humana, Bruno. Te amo, sin negarte, y sé que tu lo haces, en el universo de tu pensamientos de perro, bajo la protección de mis respiraciones, con el fervor del cariño que viniste a propagar en mis principios.


Deja de preguntarme por qué soy humana.   Quédate con los tuyos, Bruno, que no sabes de miserias, ni tienes que entender el poema Aullido, de Allen Ginsberg.  Que eres un perro simple y alegre, como las margaritas, y esa ya es la felicidad de la mujer que decidiste acompañar.

EL INVISIBLE HILO ROJO DEL DESTINO...


 
Nos escribe una Loba que aprendió a ver más allá de sus limitaciones, con el ánimo intacto de la esperanza y el afecto por quien compensará su verdadera esencia...
 
Eran tan sonoros como el hilo invisible que los conectaría hasta enredar las almas que estaban destinadas a encontrarse.  Desconocían que la casualidad iba a volcar los ojos sobre sus miradas esquivas y sus sonrisas traviesas, en el más bizarro de los escenarios, en medio de todos y de la nada, burlándose con ironía “en la casa del Dr. Matanza”.

Ella sonreía y vendía ilusiones, que traía en forma de sabores y olores llamativos como el más suave café que alerta los sentidos.  Tan segura se veía que nadie imaginaba lo difícil que era no tener argumentos para referirse a lo que hablara, como si fuera una niña temerosa dada a la tarea de aprender un nuevo idioma.
Traía, sin embargo, el encanto de la ingenuidad, propio de la juventud; la maravillosa energía de las posibilidades infinitas; y el color caramelo que llamaron la atención del solitario hombre en el balcón. 
Por un instante creyó tenerla. Presuroso, la observó por encima de los lentes,  pensando cómo conocerla, cómo parecer más alto, más inteligente, más atractivo, más interesante.    La abordó y la escuchó. Le gustó más, compró sus ilusiones y la invitó con una vaga excusa, a profundizar en las transacciones, porque cuanto más la miraba y la escuchaba, más le atraía la certeza de descubrir esa mujer que ni siquiera ella había visto.  
 
 
Ella lo vio y lo escuchó tan desprevenidamente que no captó las señales.  Tal vez nunca las ha interiorizado porque  el destino inquieto y caprichoso ha dispuesto nuevos caminos.
Con la tranquilidad que traen los años, tomó su gusto por ella y lo guardó en un rincón de su ser, donde no le molestara ni le inquietara, pero donde estuviera disponible para el momento oportuno.  Paciente, años después la encontró de nuevo…diferente…con el gusto masculino intacto.
Ella, enmarañada en sus angustias, seguía sin imaginar lo que vería después.   De repente y sin más, una mañana, porque así lo quiso el universo, se agitó al verlo llegar, sintiendo en el corazón la fuerza inequívoca del amor, la misma que la acompaña en cada suspiro.
 “Waw”…primera onomatopeya para el después.  “Principio tienen las cosas”, inició un juego de palabras, convertido hoy en la más bella historia de dos seres conectados por el invisible hilo rojo del destino.
 
 

domingo, 25 de mayo de 2014

Un demonio con 33 agujas en el pecho



Nos escribe la Loba del adiós, porque sabe instintivamente que llegó el momento de la retirada…porque conoce su obligación de personificar la fuerza que sostiene a todas las mujeres.

Cuando digo que quiero reconstruir esta falsa realidad, no es porque esté muriendo en ella, sino porque en algún momento tenía que reaccionar a los estímulos de dolor causados por tus desencantos y miserias. Y aquí vuelvo yo como un libro de hojas blancas esperando a que los días llenen sus sedientas páginas.

No quiero ser una publicación de moda, ni una revista con fotos en ropa interior, ni un libro de cuentos de hadas, ni una historia clásica con personajes perfectos. Solo quiero ser un texto real, único y con derechos de autor, con tintas de colores, negras y oscuras, páginas de historias entrelazadas, dibujos de niños, paisajes, viajes y operaciones matemáticas. Quiero ser un libro que cuente la cotidianidad, los sueños y las frustraciones, sin ataduras, sin atajos, sin engaños.

Quiero ser lo que siento, lo que necesito, lo que deseo. Quiero ser yo aunque no tenga una linda casa con jardín, un carro último modelo, ni oficina de ejecutiva con un sueldo de presidente.  Quiero ser yo aunque tenga una vida, un trabajo, una casa normal, sin tener la última colección de Christian Dior.

Lo merezco.  Soy una vivencia auténtica, con deseos y encantos, con historias que contar y otras por construir, con la espalda llena de cicatrices por los azotes de los años batallados y de las guerras ganadas.

Con problemas, como todos.  Con invitaciones importantes en tiempos gloriosos y monedas en las indeseables crisis. Con amores y desamores, días felices y otros más bien oscuros, lluviosos y fríos.

Qué más da, si estamos aquí para seguir viviendo, para luchar con el tiempo, para sacarle el pecho al abismo sin lanzarnos al vacío, para superar los miedos y encontrar los caminos perfectos; conocer y experimentar, crecer en número y en experiencias; para dominar cada paso y aprender a caer con los pies sobre la tierra.

Cierro el telón y acabo con una mala función de teatro.  Abandono una mala película de cine o una barata puesta en escena. Caminaré despacio, pensando que fueron los 120 minutos más perdidos y malgastados de toda mi existencia.

No quisiera ser pesimista pero tus cursilerías contradictorias, bipolares y sin sentido confundieron y aburrieron al público. Tu discurso perfeccionado con los años te hace ver como un juego de ajedrez medido y calculado, que pone en el momento justo la palabra perfecta de esa retórica que ya te sabes de memoria y que a mí ya ni me sorprende.

Descubrir tus aberraciones en el minuto 90 y tus engaños a 3 minutos del final de la función, son suficientes para tomar la decisión de no ver más, de pararme sin decir adiós porque tu sobradez se hizo una auténtica copia de la decadencia absurda que busca triplicar lo que no se es y lo que no se tiene.

En todos los rincones de mi casa, tengo pegadas las imágenes de tus historias, para que no se me olvide nunca que tus demonios no son los míos, y que aquí cada quién decide si los domina, si los vence, los oprime o los ama.

Puedo decirlo yo, que soy un demonio con 33 agujas en el pecho, con intrigas y enredos propios, pero con los huesos intactos en mi guarida natural.  Atrás quedó la criatura disfrazada que no puede caminar; le llegó la hora a la mujer que vive al final del tiempo!.

La fortuna de la memoria inservible



Nos escribe Loba memorable, con el vínculo de las musas que se alejaron del agua del Hades, para que el río corra y nutra a quienes prefieren la invisibilidad del amor y la esperanza.



Incrédulos, tranquilos, analíticos, hoy cansados, en la mesa unos ojos me observan. Tal vez absortos en la cotidianidad de lo urgente, de lo inútil, sin notar lo que ansío, lo que ansían otros. 

Llenos de la riqueza que solo se obtiene en el camino de los años, han visto medio siglo de alegrías, sorpresas y tristezas.

Ayer, su sonrisa era amplia y generosa.  Hoy, más esquiva, se me antoja libre.  Esconde un ser maravilloso capaz de respirar indiferencia, quizá porque marcado por su nombre, busca la soledad y la solemnidad.

Su cabeza es una telaraña de pensamientos, tejidos con hilos del color del miedo, de la dureza de la experiencia, pero con la fragilidad de la incertidumbre. En todo caso entraña pensamientos encontrados, incoherentes, absurdos; porque dificultan la salida de otros, que se las arreglan para sortear esos obstáculos y algunas veces ganan la lucha…puede ser simplemente feliz sin pensar en nada más.

En la fugacidad de su tranquilidad perseverante y traviesa, en el poderío de sus letras, expresa al fin su verdadero reconocimiento:  “Cuando me permites no existir, te amo más”.

Sus pensamientos se rinden ante la magia y todo es rosa, o de colores, de los más brillantes y la música es perfecta, es cómplice, y aún si hiciese calor, solo es maravilloso, porque son esos instantes los que inyectan la energía necesaria para que cuando la telaraña se espese, no olvide la magia que yace en la fortuna de una memoria inservible.

De repente, esquivos y distantes, esos ojos vuelven. No pueden recordar, pero yo sí, y nada más importa.  En algún momento me mirarán traviesos y sabré qué pensamientos alegres y furtivos han ganado la batalla.  Entonces estaré y no habrá nadie más….

Mientras regresan, acudo a mi prodigiosa memoria, para que no me deje olvidar lo importante: así lo quiero, inspirador; un despertador a la vida; un soñador que me dejó descubrir y disfrutar mi transformación; una marca que despertó el impulso de la gente a escribir poemas, a pintar, a cantar. 

Una memoria inservible me hizo querer ser mejor, porque soy mejor, porque aunque haya vida después del amor, prefiero la vida con amor … en resumen, porque me hace muy afortunada, que Él recuerde cada vez menos.




viernes, 23 de mayo de 2014

El privilegio de llamarse Laura



Para Isa, en la ascensión de sus dudas y la fuerza de su bondad

Querida amiga:

Nuestras hijas nacieron en la primavera de la postmodernidad. No van a hacer listas de pendientes, ni se van a escudar en los conceptos porque nos heredaron menos miedo a la vida.

Andan ocupadas en construir su futuro.  Las piezas del rompecabezas, los silencios de los demás, las explicaciones ajustadas a lo que nos vendieron con hambre de preocupación, las reciben con beneficio de inventario y no como una cuenta final con dos columnas resaltadas en rojo, como buen egreso.

Caminan con la seguridad que palpita en su hipotálamo, porque de la mano de seres sensibles, han copiado la mejor parte de la canción.

Eso sí, nos han tenido para rodearlas de una humanidad que prioriza el amor sobre la desidia y el insano poder del egoísmo.

Como nos han visto llorar y deponer el dolor, si acaso tenemos que alternar con la celebración de lo que ocurre a sus hermanos, tienen la capacidad de medir la bondad y evaluar la fuerza curativa de la compasión.

Conectaron los vestigios de sus primeras sensaciones, con una palabra mágica pronunciada a tiempo y con la enseñanza maravillosa de una respiración pausada, con una carcajada cómplice, cuando el más desalmado de los humanos pretendió arrebatarles la lógica formada en el chacra equivocado.

Las cicatrices pueden importarles menos.  Son recias y críticas, más no esclavas sumisas de intromisiones ajenas.

Armonizan nuestras marcas, porque se las mostramos sin culpas.  Fueron capaces de devolverles la energía, incluso cuando el ciclo de la felicidad parecía fenecer en equivocadas elecciones.

Tienen en sus párpados el secreto de la resurrección, marcado con rótulos de un único significado: Laura.

Están lejos de caer en las trampas que quieres evitarles, Isabel.

Nos vieron en blanco y negro; desnudas; con maquillaje y sin color, a la madrugada; superiores en el universo de los tacones, y también atadas al centro de la tierra con la fuerza de los pies descalzos.  Se transformaron a nuestro lado porque vieron el rostro de la tristeza, mientras jugaron en medio de la magia creativa de la feminidad.

Su voluptuosidad es mental; en la transparencia está la única opción; y la lealtad es el gen natural que las cobija.  La evidencia de su carácter socrático permea sus luminosas sonrisas de cíclicos asombros.  La piel de los ojos es en ellas una marca de afecto que las hace exclusivas.

Por llamarse Laura, llevan consigo el privilegio de la Victoria.

No te preocupes, querida amiga…antes de que nosotras marcáramos el siguiente mensaje virtual, ellas ya soñaron con tomar fotografías y cantar para creaciones eternas como las de Jade Beall, en las que su cuerpo, es solo la marca pública de la verdadera esencia.

VER EL VIDEO...


http://www.upsocl.com/inspiracion/una-fotografia-encendio-la-chispa-para-que-muchas-madres-nos-muestren-como-se-ve-su-cuerpo-despues-de-tener-hijos/





miércoles, 21 de mayo de 2014

La llanura de la edad sincera


Para ellos, que abrieron antes la puerta del cielo

Es justo el aliento caliente de la madrugada lo que nos permite sobrevivir a los desalmados ataques de la indiferencia, para darnos la somera respuesta que deben asumir dos personas marcadas con el mismo inicio y arrojadas al vacío con diferente predicado.

Es el peso de los años que nos conduce a contemplar con calma la desidia; a negociar con sus violentos desmanes, la visión de vida y de muerte que heredamos por afecto social.

La respuesta viaja con nosotros.  Es la certeza de las equivocaciones, y a la vez, el hilo que nos arrebata el vibrante desafío del deber ser, alejándonos de las sombras oscuras del egoísmo, impuestas como si no tuviéramos derecho a elegir con el pálpito de la belleza.

Están equivocados y tenemos que hacerlo público.  Naufragaron en sus desdichas y aun no saben que el poder ensordecedor de la verdad indaga para el futuro, las respuestas de la sabiduría.

Ella está para quitarte el velo y conjurar el absurdo en el encuentro vital de las 31 almas que se reconocen en el nivel omnipresente que cuestiona estos minutos, porque hace mucho tiempo habitaron la misma invención indiscreta. 

Te habla para quitarte la máscara de dolor que quieren imponerte en la hoguera de los poderosos.

La luz de los ausentes corre como tu rutina.  Te obliga a habitar el nuevo mundo, más allá de la muerte y mucho más cerca de la solidaridad que reclamas y que pueden conocer las almas puras.


Es cierto, tenemos la receta.  La llevábamos en un bus, de regreso al naufragio de los cuerpos.  Ella ascendió porque les quitó el dolor del futuro y los acompañó al repentino viaje de la felicidad.

lunes, 19 de mayo de 2014

Cuando el universo conspira


Nos escribe, con la fuerza y el impulso de la insatisfacción, una mujer que siente lo que viene, sin asustarse, con la tranquilidad de asumir en cada episodio un aprendizaje que propone a las demás, como una alternativa para la rebelión.  Gracias, Loba pensativa y humana…
                                                                                                                    

Cuando el universo conspira todo se torna confuso, estrecho, impenetrable e inusual.  Nos sentimos apabullados, nos dejamos llevar por sentimientos y emociones; traicionamos nuestro carácter porque nos mostramos débiles ante las situaciones que desata.

Un respiro profundo desata la calma en nuestro interior, nos aclara el espectro y esa realidad que en segundos se dejó ganar por un torbellino de sensaciones viscerales y transitorias…somos humanos y más allá de la carne, los huesos, y demás órganos que nos componen, está esa parte que alberga la esencia, lo que somos, lo que no podemos negar ni esconder...

Cuando el universo conspira sale a flote esa indescifrable forma de pensar, actuar y hablar que nos marca y nos hace diferentes. Cuánto damos y cuánto esperamos recibir,  qué hacemos en nuestro diario vivir para declarar con certeza, en muchos casos lo que merecemos.

Nos creemos invencibles, impenetrables y a veces hasta justos. Pero cuando el telón cae y deja al descubierto lo débiles que somos, los miedos y vacíos…sería tan fácil descargar con expresiones más constructivas que destructivas.  Actuamos para ir un paso adelante, pero delante de qué?
De lo malo o de lo bueno, y para el reconocimiento de quién?...cuando el universo conspira debería salir a flote nuestra humanidad, esa que nos hace sentir compasión por el otro, respirar profundo y entender que la pobreza en las relaciones es más mental que sentimental o hasta carnal,   esa que se ve reflejada solo en el amor maternal, donde prima el despojo de mi yo como prioridad para brindarle al otro algo más sublime…

viernes, 16 de mayo de 2014

Adiós a un ángel negro



Para El Rolo y La Mona, que se quedan con el tejido de Calidoso…

Les ofrecieron el fracaso y lo compraron por dos pesos.

El día de la primera cita como autores materiales de un juego innecesario, se turnaron en la máxima oscuridad, camuflados en una postura podrida de la cual terminaron siendo socios de primer nivel, sentenciados por el disfrazado dolor de la locura.

Incapaces de verse el rostro, le quitaron el crespo de negros espirales guardado en la gorra desdibujada de calle y olor a basura, que en las noches le servía de almohada a La Mona, su eterna compañera.

Se cubrieron con una cortina de excentricidad; desafiaron el último hilo de la perversidad y reforzaron sus carencias, ocultando los demonios que bombearon óxido caliente entre sus venas.

El negro sollozaba tristeza desmedida.

La vida no podía mercadear más sus insatisfacciones, a pesar de que la cálida autosuficiencia parecía ser la máxima arista de la estrella que esta vez no lo protegió.

En el cara a cara de la tragedia ahogaron el grito opresor y lo tallaron…petrificaron hasta la retardada medida, demandante de una imperdonable enfermedad mental.

Sobrepasaron el puro desborde de exclusión y sus órganos blindados de solidaridad cerraron la comunicación con un mundo sordo y ajeno a la bondad.

Un ángel negro lo llamó antes de que las llamas consumieran el último nervio de sus palpitantes órganos.  Lo blindó, porque con el tejido que envolvía su cráneo, la tormenta de la felicidad no podía abrazarlo más…

La puñalada de la quema fue para los asesinos.  Toda la vida los perseguirá el demonio de la culpa, sobre todo en la mañana, lejos del éxtasis, cuando no resistan el ensordecedor lamento de sus fieles amigos: un humano desorbitado y una perra que se tragó las monedas de los neuróticos de la miseria.

La Mona soñó que era una criatura disfrazada de traición, y un grito propio la despertó de las llamas del silencio de quienes ya están medio muertos.

En este hoy de porquerías intercambiadas, por ausencia de dos pesos compraron los restos de la indignación.

El ángel negro descansó.

A cambio, como vidente, le regalé dos lágrimas de mi convulsionada mañana frente al televisor.


miércoles, 14 de mayo de 2014

CARTAS AL VIENTO

A quien pueda interesar….
 



 
 
Hay días en los que los grises se acentúan, imagino que para llamar la atención, pero unos zapatos rojos interrumpen la monotonía del color y se imponen, silenciosos, prudentes y hasta tímidos; de pronto caemos en la cuenta  de su fuerza y su tristeza; porque siempre son sonoros, siempre están sonrientes, pero hace días que no…y hoy especialmente no….
 
Vaya uno a saber si a esos zapatos les ha caído el peso de la realidad, de la realidad mal entendida.  Lo cierto es que nada es permanente, todo sigue fluyendo, todo debe irremediablemente alterarse, porque cada mariposa que agita sus alas está cambiando nuestras vidas; así que mañana muy probablemente, los zapatos rojos serán de nuevo, prudentemente estruendosos.
 
 

domingo, 11 de mayo de 2014

Los novios rojos de la abuela



Para todas las cómplices de esta categoría universal...

Aunque vivíamos en un barrio con nombre de árbol gigante, las flores preferidas del antejardín, fueron los novios.  Nunca pasaron desapercibidas por sus notables colores, pero además por esa conexión terrenal que les impedía hablar con la abuela.

En su cabeza de jefe de un cielo sin límite, todos los días recibían calor y vitalidad; consumían sus expectativas; rodeaban sueños; superaban las tristezas del día; respaldaban sus locuras y silenciosamente, admitían ser cómplices de la libertad que promulgó su corazón para la extensión de su legado aquí en la tierra, bajo ese Arrayán de barrio de niños ruidosos.

Respiraban sus principios de vida, su inteligencia para retar lo condenado al olvido, la mágica percepción de fe que revoloteaba en señal de futuro.

Como buena madre y abuela, negociaba sus tristezas con esas plantas diminutas.  Los cambiaba por entusiasmos y halos de vida que le permitieran superar la indiferencia y la locura del resto del mundo.

Aprendió con los novios rojos a ser más solidaria; a respirar antes del abandono; a suplir con suficiencia los silencios que bloquearon el camino y a nadar en medio de lo que parecía ganar la batalla.

Nos explicó al resto de quienes la conocimos, que las mamás saben identificar la caída, el florecimiento, el punto en el que todo se marchita, la complicidad, la fuerza interior, la tierra que no puede abonarse, la temperatura que aniquila…el aire en el que se funda la libertad.

En la raíz de la conciencia de la abuela que hablaba con los novios rojos, está la marca de una generación que hoy nos hace seres maravillosos.  Dejó en Manuelita la resiliencia; en Claudia la disciplina; en Ofelia, la nobleza del desprendimiento; en Judith, la desbordante inteligencia de los seres supremos; en las Adrianas… el aliento de la respiración que puede pausarse antes de la próxima respuesta.

Dejó en todas las amigas y madres, un espacio en el arrayán de la libertad, para que con esperanza, colguemos todos los días las palabras de papeles de colores que le dan sentido a la Humanidad.


En casa, hoy, tengo un novio rojo que tiene la contraseña para no marchitarse…y dos cielos con sol de venados, interminables, astutamente compatibles con mi herencia y retadores de una vida que nos llevará tan lejos como nos proponemos en la mirada eterna de cada amanecer.




viernes, 9 de mayo de 2014

El final está en una cama de flores



Nos escribe Luna Esperanzada…con señales de vida, en una fecha especial, para superar el cúmulo de preguntas que rondan su cabeza…


Quién determina si es el final? La gente tiende a utilizar esta expresión como sinónimo de fatalidad, de tristeza, o como preludio de lo que no fue. Entonces, será más apropiado decir ahora?.

Ahora, entonces, de qué echar mano, de qué asirse… la caída es inminente. Lo que se debe entonces es preparar la caída, encontrar la protección adecuada…no siempre el paracaídas es bueno; a lo mejor es una cama de flores lo que haga falta para amortiguar el golpe. 

De todas maneras un golpe duele per se.  Como en todas las cosas, puede resultar algo bueno; no en vano hay cientos de expresiones en todas las culturas que así lo indican. Tal vez es pertinente recordar la Hindú: "Lo que sucede es la única cosa que pudo haber sucedido"…es mejor mirar atrás con tranquilidad, solo como referencia de aprendizaje, porque es inútil sufrir por algo que no podemos cambiar.

El presente, el eterno presente en el que habitamos y no vivimos, por añorar el pasado y esperar el futuro que no existe, nos llama la atención, nos envía señales que desoímos, insistimos en complicar nuestra corta estancia en esta vida. 

Qué cosa maravillosa es nuestra cabeza, tantas conexiones, tanta energía, tantos pensamientos y todos malgastados en la fatalidad.  A quién culpar?  Por qué no debe ser nuestra, no parece posible que uno mismo sea un infierno y de ser así, qué cosa puede impedir que lo convirtamos en un Paraíso?

Aparentemente todo depende de nosotros mismos....


Derecho probatorio




Las pruebas son necesarias para que decidas, en aras de la presunción de mi inocencia.

Se decretarán en los términos señalados, de manera proporcional a mis procesos, en intervención del tuyo, para que esclarezcas mis sanas pretensiones y como juez determines el hecho tangible, la obra natural, las causas notorias, mis afirmaciones, negaciones inacabadas...indefinidas.

La formalidad y la legitimidad, no son violatorias de tus derechos y garantías.

Sitúate como el investigador conducente; permíteme el contrato directo, el conocimiento derivado.


Si los acontecimientos no te han permitido verbalizar la idea, reabre esta prueba, en el oficio de mis certezas, en mis privilegios congruentes y conducentes a la sonrisa cómplice del después.

martes, 6 de mayo de 2014

Escribe Loba Lunera...


Una amante de las noches, que se animó a enviarnos su sentir, porque sabe que solo puede descifrarlo el aullido de sus seres de cuatro patas…


Se despide por última vez con lágrimas en los ojos y cuando da la vuelta se le ven rodar por las mejillas frente a la mirada atónita de pasajeros y operadores aeronáuticos... ellos no saben, nadie sabe ni puede estar cerca de comprender su sentir, su ausencia manifestada en un vacío ubicado justo en el pecho sobre su plexo solar.

No pueden comprender porque ni ella comprende que esta certeza del bienestar de su amiga cómplice y compañera, esté bañada por un aire de añoranza, de nostalgia, de soledad.

No pueden descifrar la mirada de quien ve volar a esa parte de su vida tras sus sueños, que imprimen esperanza y anhelo a cada amanecer.

La razón no puede responder porque el sentir es intransferible, es individual y ella ve pasar en un destello todos los momentos compartidos desde siempre, el aprendizaje, los caminos, la risas, los llantos, las confidencias, los aquelarres de terapias necesariamente correspondidas.

Las imágenes pasan y la certeza del sentimiento se instala en lo más profundo del alma, es amor... no puede ser algo diferente. Es un amor que sabe que permanecerá inmutable sobre el tiempo, sobre las horas de vuelo que nos obligan a una distancia física, sobre todo.  Seguirá ahí permanente y tranquilo en espera del próximo abrazo.

Su vuelo se retrasa una hora y mientras camina por la sala de espera, espera, con ausencia total de entusiasmo alguno. Sonríe. Sabe, con la seguridad que no se sabe casi nada, que volverán a verse y  siente gratitud con la vida por haberle permitido, dieciséis años atrás, el vínculo que desde entonces ha hecho que cada una sea refugio para la otra.

El líquido transparente ya no rueda sobre su rostro, no porque las reservas de su saco lagrimal se hayan agotado, no; ahora el llanto se transmuta a una tristecita devastadora que solo irá desdibujándose con cada despertar en el silencio de su paraíso, cuando cada mañana el aullido hambriento de sus amores de cuatro patas la robe del sueño profundo para recordarle su cotidiana realidad.






Círculo de colores para sobrevivir en la tarde...


El negro que decidió ponerle a su piel, contrastaba con la dormilona limpieza de los ojos amarillos y las ansiosas nubes de lluvia que hacían el día más que oscuro. 

Se dejó en el cuello, el círculo de visiones de colores que cuelgan allí, solo para guardar un poco de su pudor. 

Amaneció con ganas de cruzar sus propias restricciones, de ganarle la batalla a la caída absurda que teme cuando exploran su intimidad; se levantó con ganas de ser esa otra mujer que parte de los placeres restrictivos, como para encontrar el antídoto de la soledad.

Los truenos que apagaron la lluvia de estrellas nocturnas, fueron la mejor señal para que no tuviera el mismo afán social que le gana a sus propósitos de niña indecente.

Al final de la tarde, supo que en estos días de esperas, olvidos, pieles esquivas, líneas nerviosas erizadas, ganas de gritos sin cobardía, silencios que traspasan las venas, sonrisas que rompen el abnegado orden del minutero, envidias atroces y ejes despegados del hilo del plata, más vale mantenerse en el estirón de la vértebra que le conecta con su racionalidad.

sábado, 3 de mayo de 2014

LA DESPEDIDA



Para mi criatura preferida, con apellido de libretista

Desarmó sus prejuicios; empacó en otra maleta rivalidades y desatinos.  La despedida se le convirtió en la excusa perfecta para el aplazamiento de sus complicidades.

Se dio una licencia para retar lo desconocido, por encima del agua que brotaba por sus poros, como si darle salida fuera suficiente para editar el miedo tortuoso que se le atragantaba en el centro de la tráquea.

Desconfiada, como siempre, se auguraba una fatalidad repentina, que conquistaba a diario con una voz altiva, como queriendo apagar de tajo los nervios que guarda por herencia.

Pensó y volvió sobre esa falsa preocupación que el mundo le impone en su desfachatada forma de proceder.
Las señales se ocuparon de rodear los múltiples afanes, y ella, como sorda de felicidad, se refugió en dos tragos secos para ir apagando el repentino bombeo de sangre al corazón.

Al lado, las de siempre.  La fuerte gata oculta en la velocidad de la metrópoli; la rizada ansiosa de vida que suelta placeres con su baile; la pausada, la de los ojos amarillos, con quien superó el vivido femenino.
Del otro lado de la línea, su vínculo eterno de maternidad, de campo, de familia y raíces de identidad con sabor a chocolatera a punto de reventar.

Ruido de polvo ensordecedor
Frío insensato del cemento gris
Caras amargas de los corredores de este adiós.

Se bajó del avión con la libertad del color beige sobre su pecho.


La recibió el Pedro que trae en su rostro el color de la primavera, la brisa fresca de un nuevo continente y un flujo eterno de conexión de puntos, para que NADA…NADA se pierda antes de la siguiente escala, allá sobre las nubes, muy lejos de la cordillera donde un chorro de luz te devuelve a la vida.

jueves, 1 de mayo de 2014

NOS PRESENTAMOS HOY....


ADRIANA PATRICIA GIRALDO DUARTE






Tengo nociones de mí misma...

Me encargo de aplastar el odio que se afana por visitar mis poros, antes que de alguna voz indeseada me diga que ya es tarde.

Lloro porque nadie quiere igualar mis afanes y tengo un desbordado remordimiento hormonal, visceral, conducente al mundo en el que voy un paso adelante de quienes caminan con la mirada en el escalón que no pueden alcanzar.


Soy una muestra de placer y guiones de sonrisas equivocadas, justo en los días en que el río corre hacia arriba.

Supongo que es lo correcto, pero se desploma, como la torre del destino, como la marca de melancolía que se erige reina en tu infinito cielo de promesas.


Tengo nociones de que puedo alcanzar la razón pública. Corre, miente, me dice la privada… más que contaminada de privaciones. 


Trato de sanarme con letras porque no tengo más opciones. Dejé atrás lo que me oprime, y me lancé en esta aventura…en la que espero, podamos conversar….


ANDREA MARÍA LONDOÑO...



Andrea María sonríe y se olvida del después, porque tiene una esperanza muy bien enraizada en su hipotálamo. La felicidad se le ha instalado en el cotidiano, y su paciencia dulce se camufla con esa sonrisa que nos alienta a la vida.

Es crítica y punza en los momentos destinados a sacarle ampolla al porvenir.

Tiene una capacidad extrema para camuflar su miedo, para recuperar el prestigio femenino y aparentar serenamente la energía del buen corazón.

Ya hizo extensivo su temperamento en dos soles que alumbran el nombre y apellido de su generación.

Habita un pequeño mundo, pero es tan universal como los colores de la primavera.

Con dosis propias de diseño que saben a placer, y abre la boca para que sus pensamientos magnéticos marquen el territorio de las soñadoras.


Su aporte a Lloronas de abril: diseño y creatividad en forma de color!



PAOLA ANDREA GONZÁLEZ LOZADA....



Sus crespos son una extensión de lo que piensa.

Paola es creativamente ruidosa; sincera; pausada cuando debe intervenir en escenarios masivos; tímida para figurar, y representante pública de esa voz sensata que los amigos merecen escuchar.

De generoso corazón y amante de los gatos, es de esas almas libres y fieles que fundan un punto de partida con sonoras carcajadas y muecas que muestran su corazón de niña.

Universal, como los sonidos de la música que escucha; de las redes que maneja; de las marcas que propicia para ser reconocida por su original estilo…

En ella, cada rizo es una muestra de bondad…cada movimiento un reto a la vida, que ha asumido intensa y creativamente en la defensa al derecho de comunicar arte y cultura…sin fin. 

Su aporte a Lloronas de abril: señales de comunicación para el mundo!