sábado, 12 de julio de 2014

Un camino de verbos para replantear




Para una loba que puede mirar las aguas claras; 
lanzarse con la certeza de salir a flote.

Cuando llegó al tope y cargó todo sobre sus hombros, camufló las palabras porque quiso replantear su camino.

Creyó que finalmente la vida era un juego donde los disfraces y las falsas expectativas son el pan de cada día. 

Antes de entrar al trance, desdibujó la creación en milésimas de segundos y se atrevió a mirar más allá de esa supuesta estabilidad mental y emocional.

El trance y el camuflaje…uno después del otro. Confusión, desasosiego y hasta una dimensión desconocida.  Quiso abandonar,  extraviar el camino labrado en el recorrido de esa creación superficial.

Como fiel compañera, su esencia la rescató.  Le pidió a gritos que sacara las garras, sin nada de metáforas, en blanco y negro para volver a empezar. Entendió que la vida no es borrón y cuenta nueva; hay cosas que siempre se quedan y no pueden opacarse.

Con una demanda de nuevas convicciones, le trajo aliados. Seres de luz que le recuerdan con palabras o silencios, desconcertantes pero significativos, que aún si cae habrá salida, porque en este momento de verdad tiene la fuerza justa para replantear el camino.



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