Nos escribe una loba a la que le arde la imaginación,
con ganas de luz y vida...
I. Amor de mi vida, protagonista de mis
más bajas pasiones y profundos instintos.
Todo mi ser palpita jadeante por una caricia tuya y galopa apresurado a
tu encuentro para disfrutar tu cuerpo varonil en horas infinitas de placer y
felicidad. El aroma de tu sexo inunda el mío y penetra hasta el más recóndito
lugar que habita en mí...
II. Creo, al igual que muchas mujeres,
que tener buen sexo implica ver la cara de satisfacción cuando brindas placer.
Disfrutar orgásmicamente una y otra vez de su habilidad para lograr que mi
cuerpo se humedezca de felicidad y grite al mundo que ver la cara de los dioses
es posible.
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