viernes, 26 de diciembre de 2014

La resistencia

amor



Por: Tatiana Cardona López


Aunque temió abrirla, no pudo dejarla entreabierta. La resistencia perdió la batalla y no tuvo opción sino dejarla pasar de par en par.

Temió modificar su estructura, tan cómoda y segura. Comenzó, sin darse cuenta, a remodelarla.
Sintió, vibró, soñó, suspiró de nuevo, pero todo en pasado.

La sensatez – intrusa, inoportuna, malvenida – se instaló en su lista de prioridades y la dejó de nuevo, como a muchas mujeres, despojada de toda esperanza, de toda posibilidad, de todo porvenir.

Para qué tantas palabras, para qué tantos proyectos, para qué tantas preguntas si en el momento menos esperado y de la forma menos indicada decide renunciar, y renuncia.

El camino no ha dejado de ser.  Tiene ahora nueva ruta, otra textura, olores diferentes, aunque el sentimiento se esconda en lo más profundo de la razón y pretenda desaparecer sumergido entre las paredes de lo correcto.

No deja de ser, no de repente.

Podrá desvanecerse lentamente, perder su fuerza paso a paso, cuando todo lo que los mantenía vivos se muestre ausente.

Y cuando deje de existir, cerrará, esta vez con fuerza y determinación, la posibilidad que nunca antes debió abrir.

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