miércoles, 30 de abril de 2014

Silencio obligado al cierre de abril

Jugábamos a los prisioneros, sin saber que en el penúltimo beso identificaríamos la tendencia de nuestras manías, justo en la distancia, el día antes de que acabara abril.

Las absurdas; las explicativas de la línea que divide la racionalidad y la expresión externa de una explosiva y ganada complicidad.

Las lineales; las del sueño sensato que bordea los tímpanos, para que hurguemos en la inexorable disciplina de la cotidianidad.

Nos miramos por la hendija, con la ilusión de desarmar los dedos que el vencimiento de términos de afanes célibes, permitió aclimatar para reinventar este primer silencio sin ganas de olvido.

SI!

Respuesta monosílaba a la sonoridad de tus dudas.

Ensánchala para demostrarle a la noche de estreno, que es posible conocer la otra cara de la verdad.


En este tránsito que nos deja la noche del milagro de abril, mientras el lago chupa las piernas de los indecisos, déjame respirar en la muralla de tu larga blancura, la falsa sentencia de tus verdades.

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